Del Caos al Control: El Viaje de Liderar Proyectos con Estrategia, Prioridad y Visión Humana
- CONSORCIO MATGOM
- 1 may 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 jun
Todo comenzó con un correo urgente. El proyecto que tenía meses en pausa debía arrancar... ayer. No había estructura, el equipo no entendía bien el objetivo y los recursos eran limitados. Fue ahí donde descubrí que gestionar un proyecto no es solo cumplir tareas; es tomar el caos y convertirlo en dirección.

Lo primero fue entender el panorama completo. Dividirlo en fases claras me permitió identificar los diez pasos esenciales para la gestión efectiva, desde la definición de objetivos hasta la evaluación final. Cada paso era una pieza del rompecabezas que necesitaba para ver el todo y no perderme en los detalles.
Pero la clave no era solo la planificación. Pronto me enfrenté al desafío de priorizar. ¿Qué tarea debía ir primero? ¿Qué entregable no podía fallar? Utilicé herramientas como matrices de Eisenhower y diagramas de Gantt para visualizar prioridades, y técnicas como MoSCoW y SCRUM para avanzar con agilidad. Entendí que priorizar no es decir "sí" a todo, sino saber cuándo decir "no".
Mientras tanto, el equipo mostraba señales de agotamiento. Como líder de proyecto, tuve que ir más allá de los números. Descubrí que motivar no es solo dar órdenes, es conectar con las personas, reconocer sus esfuerzos, facilitar la comunicación y permitir que sientan que su trabajo tiene sentido. A través de dinámicas semanales, objetivos compartidos y feedback constante, logramos recuperar el ritmo y la energía.
Y justo cuando todo parecía avanzar, surgieron los riesgos. Uno de los proveedores falló en la entrega, una parte del presupuesto fue recortada, y un miembro clave tuvo que dejar el equipo. Fue entonces cuando entendí que gestionar riesgos no es una opción, es una obligación. Identificar, evaluar y mitigar se volvieron acciones diarias. Prepararse para lo peor es, paradójicamente, lo que te permite alcanzar lo mejor.
Hoy, ese proyecto no solo fue entregado a tiempo, sino que abrió nuevas oportunidades para el equipo y la empresa. Y yo, como gestor, aprendí que el verdadero poder de liderar proyectos está en integrar estrategia, priorización, liderazgo humano y visión preventiva. Porque los proyectos no se gestionan solos. Se lideran. Se respiran. Y sobre todo, se viven.







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